Buscar este blog

lunes, enero 11, 2010

La ceremonia

El cielo claro matiz blanco y oscuro, el frio congela el canto de los pájaros. Todo esta en calma, pues el silencio es propio de la tardes del invierno, pero algo turbia mi cabeza entre las hojas blancas del cuaderno, un futuro que tal vez merezca, un olvido que es incapaz de aplacar la fe del orgullo de las palabras que escribo, pese a saber que estas jamás serán reveladas para los incautos ojos de la mayoria de la gente.
Tal es mi ceremonia al escribir que hasta la luz menos densa cansa mis ojos, solo necesito oscuridad alrededor mientras las imagenes se proyectan en dialogos inexistentes, entre mi ser y mi alma.
¿Cuantas vidas habre vivido, en las intimidades de cuatro paredes? Ya que como un vidente mis ojos dibujan a su gusto paisajes de bella armonia, de bella tristeza. Por cuanto menos Dante, descendió al infierno para lavar su alma de pena y llevarla asi a la gloria, pues si este bello paisaje triste es mi vida, tal vez este sea el infierno donde limpie mi alma ante los ojos de implacable divino, debido a que si mi corazón vive más vidas y muere una y otra vez, más será mi culpa, del que sólo fallece una vez.
Así que esta ceremonia rodeada de oscuridad más parecida a la sucia paganeria que a la visión de un ángel celestial, sumiso es el escritor que se rinde al pecado de sus letras, pues solo vive cuando practica su ceremonia, ya que como un drogadicto ya es adicto a descender en la oscuridad para revelar con los ojos de fuego y proyectar luz donde nadie ve.