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lunes, diciembre 31, 2007

La despedida

Mis ojos se abrieron, al son de las campanadas de alguna Iglesia cercana, me dolían brazos y pecho ya que todo mi cuerpo estaban colgando como bandera en mástil de ellos, entonces oí unos ciegos pasos que se dirigían hacia mí, de nuevo esa sucia mano que me empapaba la boca y la nariz de un extraño producto que me dejo una vez más anestesiado.

Recupere temprano el conocimiento, estaba de nuevo en mí casa con aquella botella de Rioja a medio terminar y que al parecer el vicioso aire de la habitación había dictado de mal gusto y mal olor, al último vino de la despensa. El canto de los pájaros ahuyentaba a mis oídos como siniestras sirenas, la jaqueca era peor que oír los tiros hermanos de la guerra.

De pronto alguien con fuerza y nerviosismo tocó la puerta, pam-pam se oían en las cuencas de mis oídos como relámpagos de tempestad, corrí a abrir para que ese sonido cesase, pero antes de que mi mano derecha tocase el pomo, un recuerdo de agresión volviese a mi mente, entonces decidí mirar sin tocar la puerta y sin hacer ruido por la mirilla, era Lluis que por lo visto traía de nuevas.

-! Jericó ¡ Dónde estabas?- Preguntó, su voz se atragantaba con su propia lengua, era necesario tranquilizarlo, así que sin más preámbulo le golpeé la cara con mi mano.- ¿Qué haces?, ¿estas tonto tú?-

-¿Lluis, que a pasado?- pregunté.

- ¿No lo sabes?- sus palmas y hombros se volcaron hacia arriba llenos de extrañeza.- Llevas cuatro días sin y ir al trabajo, los grises han preguntado por ti, y hoy te han nombrado enemigo del estado, por comunista.- Sus ojos se clavaron en mí, como los del amo que deja a sus perro en manos de la muerte.

- Pero, como...- No podía nombrar palabra, me era extraño, ¿cuatro días?, cuando en mi memoria solo habían transcurrido un par de horas.-

Entonces se oyó la puerta de bajo y botas que atinaban las escaleras con rapidez, una voz ronca se escuchaba mandando ordenes de darse el mayor brío y con el menor ruido posible. Agarre con mano dirigente a Lluis y lo metí en casa.

-Silencio.- Le dije, a la vez que mi mano se acercaba a su boca para acallarla. Ande hasta el balcón de una pequeña salita al lado del dormitorio principal, observe la calle empedrada había un furgón de guardias civiles, vigilantes, apedrearon la puerta, pam-pam-pam, y de nuevo aquella voz ronca, mandando ordenes de abrir la puerta, sino la echarían abajo, LLuis se marcho de mi lado hacía el pasillo principal.

-¿Qué haces?-

-Tranquilo son policías no harán nada malo.- Llegó a la puerta y la abrió, solo un disparo evitando conversación con el que ahora tenia sus faz bañada en rojo. -!No¡- Me pudo el chock y me quede parado, las piernas no me respondían ni las lagrimas que empezaron a surgir de mis ojos, entonces uno de ellos se vino corriendo hacía mi, pero no me disparaban, la rabia surgió de mi como un manantial de cólera, cogí de mi tobillo derecho un pequeña navaja manchega que siempre llevaba para el trabajo la abrí y se la clave en la sien, su sangre me salpico en toda la cara, sobretodo en los labios, mis brazos que sujetaban al cadáver se quedaron sin fuerza y este cayó al suelo, mi respiración se tranquilizaba, entonces dispararon note como una bala se incrustaba en brazo izquierdo, empecé a correr hacía la habitación principal cerré la puerta, y la parapete con la cómoda.

viernes, noviembre 02, 2007

Plegarias a los huesos

En las sombras aguarda en silencio, el aliento helado del acero y la carcajada seca de una calavera infausta, fiel amante del tiempo que pudre y daña a las negras flores del alma. ¿Cuando volverás a visitarme amiga mía?¿Cuanto tiempo me darás, en una simple tregua hasta mi paz? Soy tuyo, desde la cuna y no tengo más deseo de Cronos. Abrázame como hiciste antaño con mis alegrías, esposadme con la tierra y de vuélveme lo amado, esas son exigencias que te impongo y que te ruego. ¿Como levantar la mirada a la oscura neblina del día?¿Como luchar con los infiernos que mis ojos han contemplado? Ese es mi destino acariciar la gloria, con los falsos bocetos de una memoria cansada de recordar lágrimas ya pasadas. Sabed que no amo la vida desenamorada y que mis manos rigen el gesto de un dolor desarmado que en mi jamás será borrado, pues no preciso ya más vida que la impuesta. ! Qué el peregrino rece mis plegarias si es preciso ¡ pero a luz de las farolas y la sonrisa de la luna desaparece bajo el siniestro cuadro de un olor de sangre.

Plegaria de un Pagano

Locura siniestra que habita bajo los ojos de aquel hombre que no vive y que esta muerto por dentro, voz que susurra en mi oído la cercanía del frió mármol de mi tumba, en pujándome una vez más a la desesperación y la valentía de un nuevo día de una vida despreciable.
La soledad de un cuerpo inútil desformado por los vicios humanos vulgares, que me prohíben enseñaros lo que mis ojos enfermos ven a la caída de la noche. !Si me dejarais enseñaros por poco que fuera de este mundo que me rodea y que solo mis ojos pueden apreciar¡, entonces me conoceríais de verdad y no la simple sombra que soy ahora, en ese preciso momento me complacería ser hombre.
Pero ahora como voz callada que no me deja existir, como jaula de sueños encerrado bajo los limites de un Dios avaro habito con la insensibilidad de mi cuerpo y mi mente, tendiendo a la locura de dejar este mundo esperando la única salvación de un amor mayor que engendre de nuevo en mi la vida.

viernes, octubre 12, 2007

Dos copas de un mismo vino

No se escuchaba nada en la habitación la silenciosa noche ya había entrado en escena, la luz de un farol asomaba por la ventana, yo como siempre perdido entre imágenes ilusorias de palabras blancas. Estaba ya entrado en cansancio y la botella de Rioja aun estaba por acabar, así que sin más preámbulos la garre y con los dientes arranque el tapón de corcho y lo escupí, esperando tal vez que la ayuda de Baco me ayudara a proponer a un papel ya gastado alguna idea o pensar.
Cuando mis labios acariciaron el noble néctar de la uva, oí el viejo timbre de la puerta y unas manos sensualmente delicadas tocando la madera resquebrajada por la humedad. Aposente la botella en el suelo a lado de la cama y fui sin ninguna diligencia haber quien me sorprendía con su visita. Era una mujer de unos veintitantos, delgada, de tez clara, de ojos grandes y azules, pelo rubio, pero sus raíces desvelaban la mentira de color negra.
Me miró y sin más inri entro cerrando detrás de ella, se acerco a mi y me beso, haciendo que mi cuerpo cayera en lujuria, excepto aquello que cada hombre esconde entre pierna y pierna que gozosa despertó. Acto seguido me agarro de la mano y como si fuera ya habitual me adentro en mi habitación, sus labios besaron todo mi cuerpo con especial distracción en los bajos, luego devolví el detalle y su aliento risueño sonó en la habitación. Jugamos a aquello que las biblias prohíben durante la oscura noche con la luna y las estrellas de testigos.

Llego la mañana, la luz del sol traslucía entre las cortinas y una suave brisa de mañana entraba por la ventana del dormitorio. Mi mano la busco entre las sabanas pero no la encontró, había marchado, tal como había aparecido, sus sombra se había esfumado. No comprendía el por qué de aquella mujer, pero el bien estar me hizo olvidar rápidamente de mis preguntas. Así que cogí mi camisa blanca y mis pantalones de tirantes, me abroche los zapatos y marche, baje las escaleras y olí de nuevo aquel perfume intacto en la atmósfera, entonces encontré una pequeño frasco de cristal con un signo parecido a una B, lo abrí y entro por mis fosas el suave aroma ya reconocido, me lo escondí en uno de los bolsillos del pantalón y seguí con mi ruta habitual, llegue al patio interior de la casa y a la derecha se encontraba el antiguo portón de madera, lo abrí i salí por a la calle. Me dirigía a la Iglesia de Santa Aularia, cerca del ayuntamiento.
-! Jericó ¡- oí una voz que me llamaba cerca del banco de los vagos, era LLuis Riera un manacori con muy mal hacer cuando se ponía violento.
- ¡Lluis! ¿qué tal?- le dije a lo que él contestó.
-Hombre pensando que hace media hora que te espero, no te acordabas que habíamos quedado, para ir a trabajar al puerto.-
-Más bien dirás para intentar trabajar.- le replique. Estábamos en plena posguerra y la economía de España jamás había estado peor y los ex-soldados civiles como nosotros íbamos de un trabajo para otro, como el ganado en busca de pastos.
Fuimos a paso ligero hasta los muelles, donde el tio de Lluis tenia una pequeña empresa de astilleros, despues de una pequeña bronca del jefe, nos dijo que no nos demorasemos más y que el muelle trece necesitaba una carga y descarga de mercancias, que tendria que estar para ayer.

Trabajamos gran parte de la mañana y gran parte de la tarde sin descanso, al salir le dije a Lluis que nos veríamos en el café de la plaza de Santa Aularia, él acepto a sabiendas que mis bolsas y ojeras no eran cosas que comentar en el trabajo.
Al llegar a la puerta de mi casa, saque el manojo de llaves, unas cinco, introduje una de estas en la cerradura y abrí, ahí me espera una pequeña vela ya con cera caída y poco por caer, que proyectaba sobre el largo pasillo una luz siniestra y una sombra fantasmal, anduve con esta hasta la cocina donde me metí entre labio y labio un trozo de pan seco ya que en aquellos tiempos no había mucho que echarse a la boca, al finalizar mi paupérrima cena volví hacer el mismo recorrido, abrí la puerta y una extraña sombra me empujo de nuevo para dentro y me roció labios y nariz con un trapo mojado.

domingo, septiembre 23, 2007

Camino y verso del silencio

La primera bocanada entro sin rascar lengua ni garganta y dejando que mis negras pupilas se dilatasen haciéndome ver lo que nos enseñas los sueños. La segunda bocanada me dispuso para entrar en aquel lugar donde la conciencia y lo difunto de la muerte se juntan, mi cuerpo incontrolable comenzó a balancearse de un lado a otro buscando apoyo como un anciano lisiado, me adentre en un pequeño parque cerca de la majestuosa catedral. Cabizbajo note la llegada del otoño debido a las hojas que rozaban ya mi mirada, entonces mí cuerpo se poso en un banco de madera con acabados en acero forjado. Las ideas comenzaron a pesar más que el cuerpo y me costaba mantener mi cabeza erguida como uno de mis iguales. En ese instante los espejos de la realidad empezaron a coger nuevas formas y matices, haciendo que la distorsión de las imágenes llevaran a este loco cerebro a recordar días pasados y difuntos, pero no en mente, sino en ojos y sentidos, me sentí por un momento en los años pasados y pude adornar con las sucias manos del tiempo caras desaparecidas ya enterradas en las lagunas de algún rincón de mi cerebro. Sentí el tacto de nuevo a mis sesenta y dos años de vida los cuerpos de mujeres que en mejores tiempos pude gozar y ahora el declive de mis días solo lograba con la compañía explicita del dinero. Mis oídos recordaron la voz de una madre dejada hace tiempo atrás y jamás olvidada, mis labios recordaron el sabor de los tuyos Alicia, amada de mis adentros y de una lagrima salada cuando decidiste dejarme para ir con Dios.
El viento fresco de la madrugada ya acampaba en el parque cuando mis ojos marcados por un extraño rayo de luz avistaron de nuevo lo imposible, sus ojos, su rostro, su silueta enmarcados en una fina tela blanca, ! Qué dios baje y lo ve¡ si no era ella, una lágrima broto entre la nubes y desaparecí entre el roció y la espuma del mar.

domingo, agosto 05, 2007

La Quinta de la Soledade


Se apagan mis ojos, se calman mis sentidos , noto tu olor, tus labios cerca de los mios a pesar de la lejania que nos separa, mi corazon se acelara y morfeo me lleva hasta las sombras de tu habitación, donde yo te tomo.

Los cuerpos juegan encima de la cama donde el ganador siempre es el goce, veo tus ojos y olvido la carne, me transportas aquel paraiso donde yo deseaba volver, desearia tenerte siempre a mi lado, compartir contigo sueños y sabiduria. Entonces la mar de mis adentros cae por mis ojos, viendo que todo se desvanece y que aquello jamás existio. Pero muy adentro de mi, se que en algun momento de mi vida te encontre y no te pude olvidar, y ahora sois prisionera de mis sueños y yo prisionero de un mundo jamás realizado,desecho entre las oscuras estancias de mi mente, de una persona que desea tanto amar que ya no le sirven las escusas, ni sueños, solo desea tenerte a su lado.
Las duras noches de tu ausencia alargan mi muerte y entre polos helados congelan mi corazón, entonces la muerte tocara tres veces a mi puerta, esperando el dulce caminar hacia el altar del olvido. Me perdere de nuevo en mis dulces palabras sin hallarte y tal será mi resignación, que loquecera aquello que los ojos de los hombres no comprenden. Ahora en este corazón roto no habra cabida al sentido de un sentimiento, sólo el frio aire de la soledad que en mis pulmones habita.

lunes, junio 11, 2007

La confesión

Termino y nunca más sera lo que fue, mi amor por ti, igual que la juventud me abandono dejando a su paso resquicios de un pasado más glorioso. Ame y no volvera a amar igual, porque en estos ojos intranquilos y cansados la espiritualidad de tu alma acabo, dejandome ver a la luz del sol lo que en la ciega luna de abril no me dejastes ver. Salieron pues a relucir esos rasgos que me hicieron enamorame de ti y que ante ojos de Dios te hacen mortal, dejando que los poetas desvordasen su imaginación con tu sonreir y tú largo pelo negro, haciendote única entre las mujeres de mi corazón.
Se que me equivoque y fui arrogante, pero es porque la trivialidad de mi espiritu es ensaltar lo noble y bello, como el amor que tú hicistes regresar a mi morada para que luego la inocencia de mis palabras y mi alma timida te rogase que te llevaras aquel amor no correspondido con la misma pasión.

Ahora en silencio, sigo el velatorio del amor muerto y en mis ojos se decantan por la presencía de una lagrima, deseando que aquello que te separo mí jamás hubiera sucedido. Por eso antes de la larga despedida, quisiera pedirte perdon por no cumplir mi promesa de no dejarte escapar con mí corazón.

domingo, mayo 27, 2007

Os quiero

A veces soy incapaz de decir te quiero, por eso aunque no lo dudo te pregunto -¿me quieres?- , tengo miedo a perderte entre la miseria y los sueños del juego llamado amor. Por eso os pido que recordéis estas dos palabras- Os quiero-.
Jamás entenderéis los gestos de mi corazón a no querer confesar tal estima por ti, pero creedme que de mis pensamientos claros y precisos solo aparece una palabra sincera de amor.
Recorto en las sombras de mi habitación pequeñas declaraciones de amor que jamás tus oídos llegaran a oír, pese a eso soy feliz con un solo suspiro de tu boca.
Esbozo con gran fascinación tus labios en los míos y la visión del beso complace al vació de mi alma.
¿Como os puedo amar? ¿Por qué mi caprichoso corazón os desea condenándome a tal martirio?
Te buscare un lugar en mi corazón donde no te podré olvidar, evocare en tus oídos palabras que solo tu alma entenderá y cansado de ser aquel muchacho que se perdía en tus pupilas grandes y marrones, seré aquel que encuentres en tu corazón.

El fin de la luna.

La cortina bailaba al son del viento, ella aun dormía ajena a la albo rabia de la calle. El calor insufrible del verano mallorquín, asediaba los cuerpos incluso en horas ciegas de oscuridad. Me levante, lentamente de la cama y busque entre las frías baldosas el petete que siempre llevaba conmigo. Me alegre al ver el poco tabaco de liar, y los papelillos que aun me quedaban, aposente un puñadito de tabaco sobre el papel y sutilmente con mi lengua moje para la clausura del cigarrillo. Querida droga de los tristes y solitarios, junto a la cerveza, que según Baudelaire era la droga de los pobres.

Ahora mi corazón era preso por primera vez de una mujer. Aunque tal vez yo era una simple distracción para ella, ya que bien sabida era el gran gusto que ella tenia por lo hombres. Pues que decirle cuando el verdadero sentir me prohibía hablar de lo que siento por aquella bella muchacha de ojos marrones y de pelo negro azabache, si su simple olor bloqueaba las primeras palabras de este poeta.

Entonces desde la lejanía que aguarda a los intrusos de la vida te quería y ahora que el fin fue un simple gesto de tu corazón de juventud, te hecho de menos. Me gustaría decirte al oído con la ayuda de mi amada oscuridad que jamás dejaré de quererte y que lucharía por tú amor hasta el último aliento, pero en fin tal vez sean divagaciones de una mente enferma, que desea amarte y abrazarte, para ti fui uno más, para mí la primera de este corazón maltrecho de un desdichado fracasado que se sentía feliz a tú lado.

Ahora de nuevo desde la lejanía como un desenterrado de su patria buscaré flores para regalarte y pedirte perdón por dejarte marchar. ¿Quizás nunca entiendas lo que sentí?, pero ahora nada ya tiene sentido por la tardanza de mis palabras. Ahora dejadme ser de nuevo aquel fiel amigo en que podéis confiar.

(Posdata: posibles cambios.)

martes, mayo 15, 2007

El reino de lo oscuro

Al caer la noche, en el más dantico de los silencios la bella luna baja a visitarme. Con su blanquecina luz abré ante mi las puertas del infierno.
Mi cuerpo se desvanece y libera el fruto de su espiritu, dejando así el humano cuerpo inmaduro. Me acerco con solemne paso a las puertas del reino oscuro. Apoyo las palmas de las manos en las puertas para abrir me paso, y el fuego del interior de estas hacen que mis uñas en negrescan hasta tomar el negro color de la ceniza muerta. Camino descalzo entre las sombras y observo los tres cometas que esperan al renacer de los días oscuros, al devolver de nuevo la vista al frente se posa ante mí un castillo de siniestro corte, y pese al temor mis pasos atraidos por un extraño hechizo se dirigen hacía él.
En la puerta me encuentro una extraña criatura vestida con tunica negra y capucha y sosteníendo en su mano derecha una larga y puntiaguda hoz, es la muerte, mí muerte que sabe que aun no es mí final, pero pese a esto me invita a entrar al lúgubre baluarte.
Aparece ante mí un largo pasillo, adornado con estatuas de arte y una larga alfombra de color carne. Observo con sutileza cada obra que recuerda a la condenación humana y los males provocados por esta, se mueven, ¡no son obras de arte sino almas atormentadas! que un día pertenecieron a cuerpos de hombres y ahora son simple adorno, mi rostro se convierte en una mueca de gozo ya que siento la simpatía del artista que culmina su obra.
Entre las estatuas aprecio una puerta de madera muerta que me conduce a una sala, donde el rey de los infiernos espera mí visita. Decido entrar y camino hacía él sin temor ni pausa. La corte de esqueletos ancianos y espantosos demonios se arrodillan ante la presencia del altísimo.

Él se levanta de su elegante trono y abre sus brazos, como un padre que recibe de nuevo la visita de su hijo amado, y yo acepto su gesto cordial abrazándole, él evoca unas palabras en mi, tentándome una vez más al pecado y a la condenación del Dios arrogante que evoco en mí la desgracia de un hijo herido de amor. Entonces, me desprendo de sus brazos y no acepto aquello que él me otorga, ni lo que mí Dios me otorga, soy un espíritu libre y pertenezco a mí libertad, esa es mi única condena, el bien o el mal pertenece a los hombres no a fuerzas del más allá, por eso hermanos, camaradas, sed libres y llorad, reíd, gozad, sufrid, porque solo el consuelo de Dios o de Satán os condenaran y os enjaularan, en su mundo. No renunciéis al valor más importante de vuestras vidas la Libertad.

sábado, mayo 05, 2007

El reino de las drogas.

El humo de la pipa difuminaba la escena, sentados los cuerpos inertes respiraban el aire toxico y esencial de las drogas y entraban inquietos en un mundo de juegos y sueños proyectados en sus irritadas pupilas de sangre.
En aquel mundo donde lo imaginario de sus almas se entre cruzaba con lo real, las bestias comenzaban a coger forma y a bailar con el ritmo de la música, poseídas por un extraño hechizo hacían que los hombres y mujeres sonriesen con muecas siniestras, como si estuvieran presenciando una danza satánica que les mostraran el mismísimo infierno y eso no les importara. Sumidos en reflexiones profundas la extensión más pequeña se hacía eterna y cualquiera de los sentimientos de la desgracia humana insufrible, tanto el amor como el odio se hacían bastas cargas que provocaban una desgracia inigualable en el alma humana.
Las gotas de lluvia resonaban en el eco vació del cuerpo, el sol abrasaba la piel y la luna la oscurecía y congelaba.
Los ojos se envolvían en un aura especial que representaba como en un triste teatro, el afán de la siniestra droga por despertar la sinceridad del alma inocente y pura que les transportaba a un éxtasis carnal y diabólico. Eran llevados hasta la cumbre del Olimpo para deleitarse de la compañía de los dioses y de su iluminación, para luego ser despojados de toda luz divina y encerrados como animales en jaulas frías y grises sin remedio alguno, desvelando así sus debilidades tras la luz de un nuevo amanecer. Poco a poco sus almas atormentadas vuelven a claudicarse dentro de sus cuerpos, y el frío color de luna desaparece dejando así una sombra latente de muerte en sus ojos de sangre. El cuerpo reacciona a los estímulos inútiles de un celebro agotado por el frenesí de la droga, los ojos deslumbran el horizonte de lo real y como un oscuro sueño de cuna vuelve el noble despertar del espíritu prisionero de un cuerpo ridículo.

Dedicado a L.A.u.K.k.A.(es posible que haga modificaciones)

jueves, abril 19, 2007

A la amada

Dibujo en las nubes el esbozo de tu rostro perfecto, busco entre las amapolas el olor de tu piel, entre el agua del mar tu tacto sencillo e intimo, pero cual es mi sorpresa cuando mi mirada te encuentra y veo que mi mundo es maravilloso.
Escucha la sinceridad de mis palabras las que representan el sonido de mi corazón, ya que sin estas yo no podría vivir. Tal vez hayas oído el amor, tal vez lo hayas sentido, pero te juro que mis labios hablan de algo más profundo que el mar, difícil de explicar. Te podría dar todo lo que soy, pero eso no es suficiente para hacerte feliz y lo entiendo, pese a esto, tú eres suficiente para hacerme feliz, solo quería que lo supieses.
Antes que la luna despunte en la noche te repetiré en voz baja, casi susurrando cuanto te quiero y el dolor que me infringe este amor. Al salir el Sol en mí silencio comparare el sonido de tu corazón con el ir y venir de las olas, bajo las sombras de los árboles a la tarde venerare tus labios con los besos de mí alma.

jueves, marzo 22, 2007

Las tres hermanas parcas: La doncella de la pena.

Caía la noche de abril y Apolo desaparecía entre las montañas. Entonces los seres que habitan la oscuridad aparecieron torturando una vez más mi mente, nací para apreciar aquello que vaga en las sombras y que el ojo enamorado no observa ni prevé. Ella abrirá la puerta, con un suave y helenístico movimiento la doncella de la pena mi gran compañera, capturo mi corazón y ahora ni el más noble de los motivos me rescata de sus labios y sus ojos de llanto. Cada noche recibo su prohibida visita como una amante escondida me acompaña toda la velada, oímos juntos el cantar de las estrellas, a su vez el resto de mortales duermen y a la vez mueren. Al volver el día ella desaparece junto al roció y me deja con la máscara que cubre, el rencor, la pena ,el odio, la envidia, lo oscuro de mi alma.
Saldré como un personaje a escena y cumpliré mi papel, el que Dios creo para mí. No obstante levantare mi mirada al cielo y mis ojos llenaran ríos y mares de saladas aguas en mi interior, porque aun soy aquel niño arrojado de los brazos de su madre, aquel que no desea amar no porque no goce haciéndolo ya que su alma lo evite, sino porque su negro corazón esta envenenado con la sangre maldita de la soledad y el amor no alegrara su faz hasta el final de su camino.
Cuando caiga la pesada cruz de mi carga, desaparecerá así la máscara que tiñe mis ojos blancos en negros ¡y gozare de libertad! rompiendo la cadenas de la prisión de mi espíritu y caminar por siempre libre en aldeas y bosques de tierna inocencia. Entonces ella como una amante despechada arrojara su triste canto como conjuro en mí oído y me evocara así de nuevo a la muerte.

El sueño: La herida del olvido.

Que hablen tus manos, que hablen tus labios y que tu cuerpo sea el testigo de mi amor. No, en verdad miento, solo soy la imagen que tus ojos proyectaron en un cuerpo imperfecto, solo soy polvo, tan solo, soy lo que tu quieres, lo que tú necesitas, no deseo ser más que eso, no necesito más que eso, ser lo que te hace feliz mi amada. Pero las palabras silenciosas y traidoras no osan declarar lo que mí dolida alma lamente callar y me perderé como otra imagen absurda en tus ojos, y ya no existiré. Condenándome al propio infierno, condenando a un amor puro y sincero al olvido y como a un cuadro apreciare la belleza del rostro de la divina dama desde la lejanía y veré proyectado en tus ojos como tu alegría, se vuelve en mí pena y como los sentimientos que no supe expresar sostienen a mí alma en un estado de amor y desgracia, ya que tu alma divina se vera atraída por la de un hombre sencillo.
Necio y loco escritor de palabras sencillas y de complejos sentimientos enclaustrados por mi pensamiento, como una caja de caudales guarda su dinero.
En que se convirtió la lujuria tal vez en locura, tal vez. El castigo es el infierno, el infierno vivir lejos del ser amado, ya no vale nada el tesoro de mí corazón el milagro de mí amor, porque perdí la llave que tú poseías. Hará camino por lo oscuro y el desconcierto me inunda entre pesares y penas no podré alcanzar el cielo que me arrebataron, y las estrellas se reirán a mí paso lento y eterno. Entonces me haré la esencia del pecado en búsqueda de un paraíso adulterado por los sentimientos de la vida.
El relato de mí vida será contado con el fin de los días y donde hubo hueso habrá ceniza, pero mí esencia seguirá vagando por el mundo, en busca de aquella felicidad que no supiste darme. Así, mí lamento será perdurable y aquellos que no conocerán tu historia oirán el lamento provinente del mar, traído por las olas y caracolas.
Este es el testimonio de un hombre, que renuncio al amor para hacerse inmortal y recordar que todo lo bello aun existe en las almas de los hombres y que hay que luchar por ello, antes que la hechizada luna lo haga desaparecer bajo su manto blanco. Recordad que el amor es algo valioso, pero la pena también, porque nos perpetúa al amor.

jueves, marzo 15, 2007

La imagen de la Verdad( Dedicado a De Quincey)

El sol secaba las lágrimas de mis ojos, pues os he perdido. ¿Amor donde te encuentras? Estoy cansado y no se el motivo, quizás me falte el aire de tus besos, los latidos de tu pecho, el roce de tú piel, perdí lo prodigioso de la vida cuando te fuiste. Ahora como una fortaleza en ruinas, terminare del matiz gris frió de la soledad y mis palabras cansadas se encomiendan a Dios, aquel que no existe, solo es un simple consuelo para mi alma.
¿Dónde fueron esos días? Donde la facultad de mi amor regia el tiempo y las horas, que me hiciste para condenarme al vil embrujo de tú inteligencia mujer.
Sigo los pasos de mi infierno y en oscuras estancias te busco amada, pero cual es la necia representación de la esperanza, de encontrarte en algún rincón de este lugar de fuego y ceniza. Tan soez es mi andar por esta vida sin sentido, sin pasión. Prisionero por siempre más al infinito camino de la desdicha.
No encuentro consuelo ni en embriagadora semilla de las drogas, y soy esclavo de ellas como de la mirada eterna del cielo.
Abandonarme al noble fantasma de la muerte, y liberarme del conjuro divino de la mujer, no obstante el infortunado sentimiento de amor emergerá de nuevo por otra doncella, condenándome a vagar por siempre más entre esbozos de una vida mundana.
¿Cuánto tiempo habrá que pasar? Para que entendáis que solo soy una imagen a la cual mi mente no corresponde, que solo soy un vago recuerdo del mundo al cual odio.

miércoles, febrero 14, 2007

Fragmente del Destierro. (Autor: Xavier Garrido Galmés)

La oscuridad de la habitación nos daba esa tierna confidencia. Mientras su cuerpo se hacía mío, y mis besos caminaban con paso firme a su jardín de amor, a su vez nuestros cuerpos bailaban, gozaban, como un necio borracho al cabo de un día de buena cosecha. El latir de nuestros corazones se disparaba, de tal modo que era equiparable a la mejor de las sinfonías. Mis oídos captaban de su boca el sonido de la vida que parecía un mar embravecido de pasión y afecto, a su vez el tacto de mí piel mundana y tosca se acariciaba con la más preciada tez del mundo oscuro y silencioso, de una noche que ya proclamaba a mi amada como emperatriz del cielo eterno, desbancando así a la mismísima Selena que después de miles de años de gloria parecía una gota de agua en el mar de mí amada.
Al llegar el nuevo día, recibí el canto sonoro de los pájaros que hablaba ya de la despedida. Entonces me levante para volver a la realidad de la vida, pero antes de retornar al infierno me gire para contemplar mí cielo y la besa con delicadeza por última vez sus labios carnosos, para que me sirvieran como aliento hasta la noche donde con el amparo de la oscuridad volvería a encontrar a mi cielo.

jueves, febrero 08, 2007

Donde arena y mar son uno

Donde mar y arena son juntos,
Donde el viento tu cabello peina
Mostrando tu rostro
[Descubriendo TÚ esencia.

Donde mar y arena son uno,
Donde la piel de tus labios
Es, tan dulce, tan salada.
[Donde tus ojos son puros.

Donde YO siento el tuyo
Donde TÚ sientes el mío
Donde laten los dos
[A paso tranquilo.

No hay ni miedo ni olvido
Puesto lugar como este
Nunca ha existido
[¿Dónde arena y mar son uno?

Autor: Anónimo, al cual le agradezco su colaboración.

martes, febrero 06, 2007

La mort de la dama.

La meva mà escriu sense timó, ni rumb, paraules que angoixen el més nobla dels esperits.
Parla de mort i soledat i d'una negra ànima que fa temps es va perdre en mon cor,
Estic ferit de mort per una dama aquixada de molts mals.
Aquesta la meva dama, té la sang enverinada, el cos deformat per l'acció de l'home que n'ha destruït tota la bellessa.
I ara jo fill i amant d'aquesta mre meva, abans que arribi el seu trist final, voldria escriure un plany a la mort anunciada del meu amor, però el dolor de tristesa és tan gran que no puc expresar-me en tota la meva claredat de les paraules.
Quan el cel comenci a plorar, quan les marcides flors del seu jardí es caiguin, recordaran els vostres ulls el nom dela meva mare, del meu paradís terranal i amb una llàgrima als ulls direu adéu, adéu Mallorca estimada.

jueves, febrero 01, 2007

La amistad de dos viejos

Solo se encuentra uno
no conoce la amistad,
que a muchos les ha hecho llorar,
veo tu foto y empiezo a recordar
tiempos pasados.

Al ver como a pasado el tiempo;
Entre nosotros duele pensar,
que ya somos viejos,
que el lazo que nos unía siempre no podía durar.

Me cubrieron tiempos de soledad
al no volver ver tú rostro,
es sentimiento de dejar,
algo por hacer por olvidar,
tu ahora estas muerto sin dar tiempo.
Si alguna vez me perdonaras.

Verso del Sur

Andalucía, lugar
de saetas.
Encuentros
de peregrinos.

Compañera de costas,
de palabras.
Retorno
del amigo.

Huido, jamás
de Mallorca.
Le llevo,
muy dentro.

Luz amiga
Mi camino guia,
el amor sencillo,
de un amigo.

Suerte la mía de conoceros,
Rubén de Cádiz amigo mío, amigo.

Dedicado a Rubén Rodríguez de Rota

Un fin de un recuerdo

El largo camino se abría paso entre las montañas y un leve soplo del viento acaricia nuestros rostros. Ella caminaba a mi lado, con un paso lento y pensativo concierta ternura volvió su faz hacía mí, entonces un sentimiento de felicidad hizo control de mí y la bese.
No recuerdo bien cuanto tiempo a pasado desde entonces, la verdad es que no recuerdo ni tan siquiera donde estábamos, solo recuerdo el puro sentimiento de mí latir y como mi sangre hervía de amor por ti.
Pero todo eso ahora ya no importa, no más ruegos a Dios por mi vida ya que cuando desapareciste de esta, colmaste mi mundo en la más negra de las oscuridades. No obstante te recuerdo con amor y soy esclavo de tu boca y de su vil conjuro de mujer, la maldición caerá sobre los osados que quieran amarte como yo te amado.
Ahora cogeré con firmeza el final de mis día, arrancare a esta boca su último aliento y encogeré mi cuerpo como un recién nacido para la llegada de la noble damisela vestida de negro, junto a ella aspirare en una noche de locura y tensión desenfrenada.
Entonces cuando broten lágrimas de mis seres más queridos, podré al fin respirar y ser recordado como aquel que amo a una sola mujer, y desafió a misma muerte por ella. Solo entonces amada entenderás lo mucho que te quiero y te querré y solo en aquel momento tu alma podrá comprender la perdida de la mía, equiparándola a mí perdida en vida de tu amor espiritual y de tu atracción carnal.

viernes, enero 12, 2007

A las cinco de la tarde ( Lorca)

Ahí estábamos los tres, ella sobre la cama y yo observándola como tantas noches en vela a la madre amada la que siempre amaré. Aquella noche llovía y tal vez eso fuera la advertencia de lo que aun estaba por llegar. Era un invierno frió, pero en los resquicios de aquella habitación del hospital aun se podía encontrar aquella calor y dulzor de una madre y un hijo amado.
En las puertas de la muerte sus oídos se afinaban y sus palabras ya hablaban de rendición, pero pese a ello sus pensares pasaban lejos de ella y cerca de los que en verdad amaba.
Salí de aquella sala de alivio y dolor, su medico se acerco y nos comento, cosa ya sabida y asumida por mi persona, la muerte andaba cerca y no aguantaría más aya de la caída de la luna. Mi padre destrozado comenzó a llorar y no se podía creer lo que sus oídos habían oído y ahora más abatido que la difunta acompañaba a las gotas del cielo con sus ojos, yo pequeño en años y sangre, acepte la muerte y mis ojos no derramaron lágrimas en el suelo estéril. Secos los ojos de mi padre entramos denuedo en la habitación de las pesadillas y ella nos arranco una sonrisa, su última sonrisa.
A la mañana siguiente sedada y drogada para no notar el dolor, abandonamos el hospital dejándola con familia no de sangre.
Comimos con el cansancio y la tristeza en nuestras caras, mi hermano acariciaba la oscura esperanza de la vida, suene el teléfono y una voz entre llantos nos informa la terrible noticia, de las cinco de la tarde.
Salgo junto a mi padre a toda prisa, al entrar en el hospital vemos a la familia traidora de sangre de mi madre, y al subir vemos como las caras de miseria y dolor se juntan frente a la habitación.

Mi padre entra primero, yo le sigo, el frío ya se a hecho dueño del cuerpo la envuelvo entre mis brazos queriéndole calentar para volverla a oír pero eso es imposible, mis oídos buscan el latir de su corazón desaparecido en el recuerdo de una mente que no puede recordar, aun así mis ojos no lloran y al levantar la vista ven como la luna y las estrellas han batido a la tormenta.

domingo, enero 07, 2007

El sueño:Una temporada en el infierno

Al cerrar los ojos y desaparecer de mis pupilas todos los resquicios de luz, presencie el infierno y una terrible fobia de no poder despertar nunca más de aquel lugar, como condenado con un alma maldita pasee entre llamas y demonios, los cuales consumían los espíritus de los hombres, devorándolas y destruyéndolas para la eternidad. Una escena terrorífica que mis ojos presenciaron como de en vida se tratara y de repente la oscuridad, el silencio absoluto se hizo preso de mí, en aquel lugar donde el mal nace el temor había llenado mi alma, buscando una salida en balde, esperando mi juicio, mis manos encadenadas junto a mis pies. Entonces se derritieron mis pupilas dejándome totalmente ciego y con el recuerdo de aquella imagen proyectada para siempre en mi mente. Desde entonces, entiendo porque el sueño y la oscuridad complace mi alma, siempre estado ciego en un infierno de bestias y hombres. Tal vez me consuma en este vil fuego con el goce eterno de crear en mi ciego mundo un cielo donde las enseñanzas de la que ahora descansa evaporan mis pecados, no hace falta decir que temo la vida y lo que me espera, pero cuando el fuego divino purifique mi alma corrompida por las necedades de la vida, al fin podré volver a dormir en el regazo de la que ahora duerme y alcanzar el eterno cielo de mi mente.