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domingo, enero 08, 2012

Diario de un blanco olvido:

Voz tenebrosa, como gotas de tormenta que adornan el aire. Rabia que contiene en la mente aquellos relámpagos caídos en el blanco olvido.
Cielo de gotas frías que presenciaron el adiós del calor del latido, que poco a poco se transformo en un congelado sonido que ya no recuerdo. Cincelar el final del principio con un esbozo de palabras que no reconfortan mi alma.
Decir que pesé ese dolor que hiere como acero en llamas mi corazón, no recuerdo tu voz, ni tu sonrisa y todo me tizna de distracción para no culparme de mi egoísta vida sin ti. Incluso creer que te olvidado bajo un telón blanco en mi mente y oscuro en mis ojos. 
Te prometí que no dejaría de escribir, que no dejaría tu memoria sin honrar, pero como honrar lo que no se recuerda.
La fe es para los dioses y el pasado para la historia, entonces tendré fe de no olvidar tus lecciones y no sentenciar mi presente con mi pasado, aunque no cree en dioses ni pasado, siempre creeré que sigues viva bajo mi piel, en mi corazón.
Entonces el olvido caprichoso ya no es negro, sino blanco.