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miércoles, diciembre 18, 2013

¿El por qué de "El corazón del alma"?

¿ Cómo se olvida un recuerdo? Cuando su marca esta tallada con sangre en la memoria. Es tenaz el recuerdo de tu rostro dormido en una eternidad contenida entre sentidos muertos.

No osaría llamarme hombre, pues mi alma se escabullo entre mis manos con tu marcha y ahora sólo soy un cuerpo inerte con una mente enferma.  "¡Recuerda inútil!" repito una y otra vez en la oscuridad de mis aposentos, ¿cómo era su voz?, ¿cómo era su tacto? pero el polvo seco que una vez fueron esos senos fértiles que alimentaron mis labios parecen confundir mi lógica. Como si la dama nunca hubiera existido, como si la parca hubiera mutilado con tu muerte mi pasado entre tus brazos, donde mi mano no soltaba jamás la tuya.   

¿Cuántas veces he pensado en la muerte? Una, dos, tres...no sé hace tiempo que perdí la cuenta y pienso que eso me acercaría a ti, un pensamiento que por un instante parece racional, pero con la brisa y el primer rayo que alumbra mi ventana desaparece, como un fantasma.

Entonces buscó la confidencia de las palabras esas que ciñen mi mente y en un acto de locura dejó que fluyen como si una fuerza poseída controlará mis manos y notar por instante que jamás te fuiste. Porque como me dejiste una vez "jamás dejes de escribir". He ahí mi promesa, he ahí porque hace tanto tiempo que que me enamoré de la letra escrita y de la lengua que me enseñó unos labios ya difuntos.  

miércoles, junio 20, 2012

El primer abrazo de la parca



El cielo era azul y el sol brillaba con fuerza después de dos largos días de tormenta, pero sus ojos se habían quedado con las sombras de aquellas nubes, en la más plena oscuridad su alma ascendía hasta aquel mismo Sol que ahora brillaba en la infinidad del universo.


Su piel fría y blanca como si durante la noche el invierno naciente de noviembre hubiera calado en su muerte y mi cabeza en su pecho esperando oír aquella sinfonía tan hermosa y serena que me había acompañado toda la vida. Ahí terminó la infancia del niño y comenzó el miedo del hombre, que amaba en silencio el cadáver de su madre, apretándola fuertemente con sus brazos, odiando al mismísimo Dios por llevársela, sin darse cuenta que sus manos estaban vacías, porque su madre ya no habitaba aquella masa infecta de piel y enfermedad.


Entonces miró al su alrededor y no pudo comprender las lágrimas de su padre, el silencio de aquellas gotas de sus ojos, que anunciaban la perdida de un realidad a la que hoy en día en sueños se sigue aferrando.

La muerte es hermosa para quien la toma y dolorosa para quien la observa. No olvidaré jamás aquel contraste dantesco, aquel sonido que perdí que fue sustituido por el canto de los pájaros del castillo, aquella oscuridad que a partir de ese momento rodeo mi mundo pesé al Sol creciente que en aquel día de invierno reinaba y el terror al acogerme a esas sombras de un pasado que desdeño mi alma.

domingo, enero 08, 2012

Diario de un blanco olvido:

Voz tenebrosa, como gotas de tormenta que adornan el aire. Rabia que contiene en la mente aquellos relámpagos caídos en el blanco olvido.
Cielo de gotas frías que presenciaron el adiós del calor del latido, que poco a poco se transformo en un congelado sonido que ya no recuerdo. Cincelar el final del principio con un esbozo de palabras que no reconfortan mi alma.
Decir que pesé ese dolor que hiere como acero en llamas mi corazón, no recuerdo tu voz, ni tu sonrisa y todo me tizna de distracción para no culparme de mi egoísta vida sin ti. Incluso creer que te olvidado bajo un telón blanco en mi mente y oscuro en mis ojos. 
Te prometí que no dejaría de escribir, que no dejaría tu memoria sin honrar, pero como honrar lo que no se recuerda.
La fe es para los dioses y el pasado para la historia, entonces tendré fe de no olvidar tus lecciones y no sentenciar mi presente con mi pasado, aunque no cree en dioses ni pasado, siempre creeré que sigues viva bajo mi piel, en mi corazón.
Entonces el olvido caprichoso ya no es negro, sino blanco.

viernes, noviembre 04, 2011

Sombra del pasado.

No hay mayor dolor en mi alma que sentirme feliz, pese al tiempo que entierra el recuerdo de aquella sombra, de aquella enfermedad llamada olvido. Nutrida como cada año a los pies del frió invierno, de las gotas heladas de lágrimas de ángeles, que me recuerdan a tu alegre paso quebrado y al silencio de aquel corazón hueco de vida.
No, ya no recuerdo ni tu voz, ni el latido de ese corazón siempre cansado por la lucha contra la enfermedad ,que desde pequeño me hacía sentirme protegido, ni el tacto de tu mano agarrando la mía, pese a todo aún tu dulce perfume impregna mi nariz, tal vez por un capricho de mi cerebro o tal vez tu buen espíritu jamás me abandono, y por supuesto jamás he dejado de quererte.

No obstante, repito que ya no hay tantas lágrimas en mis ojos porque desde mi sinceridad soy feliz, aunque aún me apenen los días de tu muerte, te preguntarás por qué y la respuesta no será más obvia, amor, el amor que a vuelto a realzar mi ennegrecido corazón, por una mujer que borra con su sonrisa cualquier semblante oscuro de mi rostro. 

Sé que sabes que no te olvido, que siempre habrá una palabra en mi boca que será tuya, porque cuando alzo la vista al cielo sólo puedo decir: Te quiero mamá.

domingo, octubre 16, 2011

El amor: Sombra y Luz

En la oscuridad del sepulcro donde la cruz marca el centro, un cementerio solitario adornado con guirnaldas donde descansa mi amor, donde duerme el vientre que me dio la vida entre polvo y telarañas, donde un día mis pasos desembocarán en el mar de almas que aprendieron a amar la eternidad del recuerdo.

No me causa temor divisar el cielo con nuevas esperanzas de que aquel descanso eterno donde los predicadores narran el amor de Dios exista realmente, un lugar donde el más alabado ángel de mi vida me espere aunque con la mayor tardanza del mundo, con ganas y anhelo de su brazos, pero con la fe cierta de una muerte lejana de esta mí vida.

Estas son las palabras que prometí escribir antes de tu muerte, en aquella hoja mal trecha que en mi habitación dejaste un día, de la cual nació este blog La eterna promesa,  ya que tus palabras no fueron otras que jamás dejará el amor por la escritura, y hoy seis años después de mi primer artículo, he de reconocer que este espacio infinito como mi amor por ti, me ha servido con gran diligencia para tranquilizar mi alma. Aquí yacen palabras de dolor y de amor de tiempos pasados y presentes, como descansaran futuras historias. Porque sí, la luz se postra en mi futuro como el amanecer de un nuevo día, el amor guía hoy mis días con la pasión de niño y con la ternura de una madre, y sí tenías razón con amor siempre todo es posible incluso que recordándote en mi palabra sea feliz.

miércoles, octubre 12, 2011

De mis labios a tus labios, de mi cuerpo a tu cuerpo.

El cuerpo exuberante de agua y sal, movimientos de vida, gemidos, alaridos por el desdén del roce de nuestras pieles, que en el tiempo se marchitan. el gocé poco a poco es dueño de nuestros actos y como un acto me entrego a sus labios, a sus turgentes pechos, buscando con el astuto olfato de un can aquel perfume del valle floreciente, que hace renacer en  mi el sutil flautista. que en sus manos guarda una melodía prohibida y que toca para sus propio excitamiento y lo comparte con su bella dulcinea.

La tranquilidad del principio da lugar a rugir de los tambores de guerra y el varón despierta deseoso de conquistar tan bello valle, que como soldado buscando su camino se adentra y sale hasta quedar exhausto, hasta que sus ojos caigan en la más plena oscuridad. Entonces los brazos abrazan el hermoso tesoro encontrado y mis ojos como la Luna se quedan pendientes de la inocencia dormida pues que digno caballero no se entregaría al regalo de una dama sin después guardarlo.

Entre el Sueño y el Despertar.

Los ojos cansados y en la boca el sabor amargo de una taza de café, el cielo antes oscuro y plagado de estrellas que bañaban con luz los parpados de mis ojos habían dejado paso a un Sol cegador, la cigarrillo en mano se consumía como los últimos días de verano y yo taciturno me perdía en el buen hacer de mis pensamientos.

Recordando cada paso y lugar donde mi vida inexistente para el resto, tomaba su realidad, en los pies de aquel cementerio de recuerdos. Habían pasado años de la perdida más absoluta, del rencor contra los que un día llame familia y a los que ahora desgraciadamente despreciaba, en cambio el amor que llegó con el frió Sol de invierno y aún madura en mi corazón, haciendo el presente más placido, incluso durmiendo las palabras endiabladas que surgían en mi mente, en aquel tiempo donde sólo era una hoja y yo, y nada más.

Hoy recordando esas gestas de mi pasado donde el amor y el dolor desarrollaban innumerables manuscritos y en un paso ligero a la vez de discreto en la vuelta a casa, me dispongo a retomar el arte de la palabra con más fuerza y no abandonar en vano a los pocos seguidores que perdieron una décima de su tiempo en leer a un desconocido, a los que agradezco su compañía durante estos años, y les prometo que el gigante de mi interior que soñaba con su resurgimiento tiene de nuevo un lugar en mi.

Donde los sueños yacen con realidad, donde mi alma descansa al escribir palabras que tal vez nunca sean leídas.

martes, julio 26, 2011

El emblema.

Eres el emblema de todo día de toda noche. Al verte, la sombra de mis ojos desaparece, penetrando en ellos la luz cegadora que envuelve mi alma del sentir más humano, el amor y a su vez mueve mi pluma con la destreza de un profeta al ver a un ángel terrenal.

La incredulidad de mi alma desaparece, dejando paso a la pura vida, porque no me conformo con existir a tu lado, ya que sin ti el día es noche y contigo la noche es día. Con temor a tu perdida pero con la sabía ilusión de un niño cada vez que estés a mi lado. 

Ahora calla y escucha mis gracias por mi aliento, porque sin ti solo soy un alma arrastrada por el viento. Hoy mi amor es avaro y silencioso en esta fría sala, hasta tu vuelta, entonces ni la fuerza del mar ni de la muerte podrá acallar mi voz al decir: Te quiero.