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domingo, noviembre 05, 2006

Entre sueños de amor y pena..

La noche eterna promulga nuestro amor con el son de las olas, que rompían el silencio del sentimiento. Al ver aquellos ojos brillar como dos soles entre la penumbra, que reflejaba la pasión y a la vez la tristeza de una noche que no volvería a ser vivida por ninguno de los dos. Tocando le con mí mano una vez más su larga melena negra . Ella me miró y soltó una noble sonrisa que al cerrar los ojos aun puedo presenciar, entonces acerque mis labios a su boca y la bese con el más sincero deseo de amor. Ahí donde rompen las olas junto a la arena fui feliz y ahora camino por suelo seco hasta mí muerte, enterrarme junto a mí amada y el mar.

Cuando pienso en ella recuerdo lo que perdí. Tan maravilloso era aquel mundo que aun desenterrado de este amor lo vivo y lo siento, quizás jamás podré amar igual, quizás el cielo ya brinda por mí final. Tan lejos de ella pero tan cerca de su recuerdo, ¿sería mejor la muerte? esa que caprichosa espera entra las sombras del día.

La lluvia presenciaba ya el último adiós de los amantes, como si el mismo cielo llorara por un adiós que jamás seria eterno, porque en el recuerdo quedarían aquellas escenas que como destellos de amor guardaría en mí corazón eternamente y no me permitirían conocer otra cosa que sus labios, su boca, su piel suave y sensible. Todo esto ya quedó atrás, todo. Un día volveré a su lado y escucharé de nuevo el sonido de su voz, el latido de su corazón, hasta es momento seré como una sombra negra sin rostro que camina entre tiempos y sueños, porque sin vos no vivo sino sufro como una tortura continua que hiere pero no sangra.