Buscar este blog

martes, diciembre 19, 2006

El sonido de mí corazón

No soy nada, nada, cuando hablo de amor por ti, cuando mis palabras no dignan hablar y el silencio acompaña miradas eternas. Quisiera decirte que no deseo nada, solo estar contigo, que fueras mi estrella dentro del cielo de mi universo y brillases como el faro que guía al barco vagabundo de mi alma, entre grandes olas de odio y tristeza. No soy nada y nada es lo que te prometo, pero cuando me miras soy capaz de sentir la vida en cada parte de mi cuerpo, soy capaz de regalarte una sonrisa, soy un pobre hombre sin fortuna alguna, ni esperanza, ya que tal vez jamás sepas de quién hablo, ni quien es la que me alegra los días de vida en este mí negro mundo pero a esa muchacha quiero regalarte esta dedicatoria para así cuando desvanezca en mi estos sentimientos tendremos es pequeña posdata de lo que sentí en mi amargo corazón cuando te conocí, solo así quizás sepas que un día te amé. Soy sincero, soy apasionado y tal vez pesado, pero no me importa nada más, no quiero nada más, solo que te quedes en mi corazón un día más, y cuando los verdes campos de mi alma ardan y mis manos se pudran al ser devoradas por los gusanos, al subir al cielo pueda decir, que yo si conocí el paraíso, si que ame y que me siento orgulloso de mi vida por estar contigo, aunque jamás me recuerdes y jamás ocurra, gracias por hacerme sentir el amor, algo que había perdido, y que tú me regalaste. Ahora me despido, solo de momento. Adiós, adiós, adiós...