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jueves, febrero 01, 2007

Un fin de un recuerdo

El largo camino se abría paso entre las montañas y un leve soplo del viento acaricia nuestros rostros. Ella caminaba a mi lado, con un paso lento y pensativo concierta ternura volvió su faz hacía mí, entonces un sentimiento de felicidad hizo control de mí y la bese.
No recuerdo bien cuanto tiempo a pasado desde entonces, la verdad es que no recuerdo ni tan siquiera donde estábamos, solo recuerdo el puro sentimiento de mí latir y como mi sangre hervía de amor por ti.
Pero todo eso ahora ya no importa, no más ruegos a Dios por mi vida ya que cuando desapareciste de esta, colmaste mi mundo en la más negra de las oscuridades. No obstante te recuerdo con amor y soy esclavo de tu boca y de su vil conjuro de mujer, la maldición caerá sobre los osados que quieran amarte como yo te amado.
Ahora cogeré con firmeza el final de mis día, arrancare a esta boca su último aliento y encogeré mi cuerpo como un recién nacido para la llegada de la noble damisela vestida de negro, junto a ella aspirare en una noche de locura y tensión desenfrenada.
Entonces cuando broten lágrimas de mis seres más queridos, podré al fin respirar y ser recordado como aquel que amo a una sola mujer, y desafió a misma muerte por ella. Solo entonces amada entenderás lo mucho que te quiero y te querré y solo en aquel momento tu alma podrá comprender la perdida de la mía, equiparándola a mí perdida en vida de tu amor espiritual y de tu atracción carnal.

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