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jueves, octubre 16, 2008

Prólogo de una obra que jamás terminare:

En las noches de oscuridad donde el corazón relata mi ser, quiero escribir la verdad sobre los sentimientos que me evocas:

Jamás entenderé porque te quiero tanto y las ansias de tenerte cerca para abrazarte y besarte, pero a lo sumiso de mi razón encuentro en ti lo que provoca que en mi corazón desdeñoso se halle una herida difícil de curar, pues en tu juventud otorgas el fallo de no entender aquello que en mis ojos se ve con plenitud salada, pues jamás hallaras la respuesta de lo que siento, porque la simpleza de mi gesto no es visible a tus ojos, al menos aún y aunque a veces deseo a ferrarme a esa falsa esperanza de que un día pudieras verme como yo te veo, quizás ese día, ya seria demasiado tarde y la flor de mi jardín este ya marchita, mas este escrito me servirá de recuerdo de aquello que tanto ansió y que no pudo ser.

Por eso ahora lejos del labio quebrado de mi doncella deseo relatar el motivo que en esta mente enferma propaga una pequeña luz o una infección que en mi sangre brota por doquier llamada amor, ese es el motivo que en tu tristeza  este mi pena y que tus lágrimas sean las de este desdichado que odia con todo el afán de su vida verte llorar y no poder hacer nada.

La verdad es que en ocasión pienso que jugaste conmigo como uno más de los títeres a los que acostumbraste a tus labios, pero eso pensamiento ideoso marcha rápidamente de mi memoria al saber que aún te amo y que siempre te esperaré, ya que hay cosas que jamás desaparecen y que ni el tiempo puede desquebrajar y omiso de mi ser recordaré que cierto es que el primer beso nunca se olvida, pues imaginaros, el primer amor y como siempre te digo te llevaré siempre en mi corazón, aunque este acto alimente a mis sentidos de una sincera nostalgia y un dolor irrevocable ya que mi tarea es luchar contra ese dolor, hasta aprender amarte sin dolor, aunque que tal vez sea incapaz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tienen cabida,pero me gusta más Villalonga que Espronceda.

Anónimo dijo...

Te haré mi último comentario de este año.
El escesivo pesimismo y la depresión pueden ser una enfermedad.
MUCHAS VECES EL PESIMISMO ES EL DISFRAZ DE UN TREMENDO VAGO QUE SE ENGAÑA A EL MISMO POR NO EXIGIRSE. LOS CUENTISTAS FRACASAN SIEMPRE.
MI CONSEJO ES QUE TE DIGAS A TI MISMO CADA DIA: HOY HARE TODO LO NECESARIO PARA SER MAÑANA PERIODISTA Y LO SERÉ POR COJONES.

Anónimo dijo...

olé al de arriba!!

ese/a tiene toda la razon,
y cuando uno tiene la razon hay que darsela,
NO, no hace falta, porque ya la tiene!!


aí te dejo eso.

Anónimo dijo...

Si no la terminas te rebano los huevos...