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domingo, marzo 30, 2008

El rey y el tirano.

Aullenta la serenata de los hombres o necio fantasma de tibios colores y dejate ver a luz de las velas celestes, dejate ver, entre las soledades de un cementerio frio y un polvo seco. En apariencia como uno más de mis hermanos, en corazón y alma distinto como todos pero como ninguno.
Fui hombre de bien, pero ahora no me reconozco en los burdeles de cristalinas paredes que reflejan la frialdad de un cuerpo mutilado por el fragor de los años y sin pesquisas sobre una vida que relata la no existencia. Ahora busco sumergido en tinieblas el son de una sirena que guie mis pasos cansados y me sumerja en las aguas del latir de una muerte enamorada.
Perdido, perdido, en un mundo que no conozco, que no comprendo, que no siento, asi me siento, en la necedad de los hombres.
Ahora en silencio envuelto entre sabanas entierro a mi rey en mi corazón y todo lo noble que él me otorgaba, atizo las estrellas del firmamento y canto a la oda del tirano, que entre los escollos de un gran palacio a nacido para comandar con mano firme a este fiel siervo, que espera que su noble señor rezucite para curar las heridas de los latigos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno Xavi! pero resucite va con s no con z :P, me a gustado pero es una visión demasiado pesimista de la vida, no? haber si xerram, que cuando quieres eres el mejor^^ salut!